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| Andá al trabajo, bobo |
Nadie dijo que el mundo era un lugar fácil. Es un lugar lleno de cosas lindas a las cuales obviamente no podés acceder porque no te han pagado. Es un lugar lleno de estrés y -en mi caso- procrastinación casi patológica, donde toca salvar todo un semestre de trabajo en dos semanas. ¿Alguien ha dicho que el mundo es un lugar fácil? Pues esa persona nunca pasó por la Universidad de Antioquia. Esa persona, obvio, tampoco tenía mi marcada vocación por la práctica del rasquinball.
Algo sí quiero destacar de mí mismo y es la capacidad de dedicarle tiempo a cosas sin sentido, como la lectura aleatoria de artículos en Wikipedia, la discusión sobre política o el fútbol (?). Una de esas cosas que, más por curiosidad que por necesidad, me llama la atención es la gente que supuestamente ha amasado fortunas gracias a internet. Y digo supuestamente porque los millones de dólares que muchos presumen son usualmente incomprobables. No digo que sea imposible, solo digo que ninguno de ellos me ha mostrado un cheque o un extracto bancario.
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| ¡Solo un poco de años! ¡Todavía sirve, todavía sirve! |
¿Entonces me voy a convertir en un exitoso influencer de redes sociales que promociona cualquier crema para quitar los pelos de las güevas? No. ¿Entonces seré youtuber? Tampoco, el tristemente célebre Daniel Samper Ospina ya hace algo parecido con su habitual carencia de gracia. Voy a probar, durante un par de meses (los mismos que tengo de vacaciones), los métodos tradicionales que le venden a los incautos en internet. Métodos que van desde la descarga y prueba de apps y clics en el banner hasta las encuestas y
¿Qué me impulsa a hacer esto? El físico desparche y la poca fe que le tengo a Colombia en la Copa América
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